Camino a la perdición

Antonio-Balsalobre-cronicas-siyasa“El PP lleva camino de perder las elecciones”. Lo dice la encuesta de El País, refiriéndose a España, y lo dice Juan Bernal, exconsejero de Hacienda y exvicepresidente en el Gobierno de Valcárcel, refiriéndose a la Región. Y lo corrobora el batacazo sufrido por el partido de Rajoy el 21-D en Cataluña, que lo ha relegado casi al extraparlamentarismo. No estamos pues sólo ante una proyección demoscópica más o menos solvente, o ante una opinión de político avezado, sino ante una realidad tangible que se materializó en las urnas con votos contantes y sonantes.

Alguien dirá que los resultados de los comicios catalanes no pueden ser extrapolables al resto de España. Que Cataluña es una cosa y Murcia, otra. Y así es. Pero tras la hecatombe de Albiol/Rajoy  y el triunfo de Arrimadas/Rivera, hay quien empieza a vislumbrar algo así como un punto de inflexión. Ciudadanos se ha envalentonado y le disputa ya con todo descaro a un PP arrugado la hegemonía en el ámbito de la derecha. En la región, se cuela además un tercero en discordia, el partido de Garre, que ha venido para pescar en el río revuelto del valcarcelismo decadente que encarnó el depuesto Pedro Antonio Sánchez y que ahora encarna el inconsistente López Miras. Y en Cieza, la fractura entre tamayistas y “renovadores” no sólo ha dejado en cuadro al grupo municipal que en su día encabezó el dimitido Juanma Molina, sino que tiene visos, además, de condenar al PP local, en su proceso de descomposición, a la irrelevancia.

Los murcianos, desde luego, no están contentos con el Gobierno regional. Lo dice el propio exconsejero popular: “Hay exceso de gestos y fotos, pero falta un proyecto que ilusione. A fotos, desde luego, no le gana nadie a López Miras. Y a eslóganes gratuitos, tampoco. Sus frases huecas, de hecho, poco tienen que envidiarle al populismo más ramplón. “Echar a patadas” a los corruptos “condenados por un juez” es una de sus últimas ocurrencias (y simplezas). Como si fuera un acto heroico apartar de la política a alguien que ha sido previamente condenado por la justicia.

Que el PP va camino de perder las elecciones también lo pone de manifiesto la desesperación con que Miras se agarra al enlucido de la “bajada de impuestos”. Muy necesitado de votos debe andar para hacer estas proclamas gratuitas en una comunidad endeudada hasta las cejas, infrafinanciada, dependiente la financiación extraordinaria del FLA y con un escandaloso déficit presupuestario. Unas promesas demagógicas que ni podrá cumplir ni le dejarían siquiera abordar porque cualquier reducción seria de impuestos debe ir acompañada, como mínimo, con los ajustes de gasto que se van a hacer paralelamente o con los nuevos ingresos previstos. A no ser que pretenda pagar la sanidad, la educación, las carreteras o a los funcionarios, como se dice en mi pueblo, con chapas de chorizo.

Pero en ese camino a la perdición (de elecciones, de momento) al que se dirige el PP, y en esa campaña electoral en la que estamos permanente sumidos, parece valer todo. Brindis al sol, promesas irrealizables, ocurrencias, simplezas. Y fotos, muchas fotos.

La pregunta del millón que viene ahora es si el PP va a seguir, ante esa debacle anunciada, nombrando a dedo a sus cabezas de lista, como a Miras o a Molina en su día, o va a intentar revertir la tendencia sometiendo a sus candidatos a unas primarias. Si va a optar por una elección democrática, transparente, y un proceso en el que participe toda la militancia, o va a seguir imponiendo candidatos, que luego duran lo que duran.

Descolocado por el auge de Ciudadanos, Rajoy ha convocado una convención nacional en marzo y pide a su partido «dar la batalla» para ganar en 2019, año de citas electorales: andaluzas, municipales, autonómicas y europeas. Intenta así reaccionar ante el desastre que se le avecina.

¿Y la izquierda? ¿No tienen nada que decir el PSOE y Unidos Podemos ante ese vuelco demoscópico, que tras el desastre catalán, anuncia un tsunami centroderechista?

 

 

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