Condenado a 20 meses de prisión por violencia de género en Cieza

La víctima, mujer del condenado, se libró de un percance mayor debido a la actuación del ciezano Eduardo López

Crónicas de Siyâsa/EFE

La Audiencia Provincial de Murcia condenó a dos penas que suman veinte meses de prisión a Khalid G., el vecino de Cieza que fue acusado de intentar lanzar por un balcón a su esposa y para quien el fiscal pidió nueve años de cárcel por un delito de homicidio en grado de tentativa.

La sentencia solo lo condena como autor de un delito de violencia de género y otro de malos tratos, y no por el intento de homicidio, ya que el tribunal señala -en la línea de la abogada de la defensa, Lucía Arias- que en el juicio no quedó probado que tuviera intención de acabar con la vida de su pareja cuando forcejeó con ella en el balcón.

Asimismo, el tribunal, por otra parte, ha acordado deducir testimonio para investigar si la esposa y víctima, la hermana de esta y un vecino pudieron incurrir en un delito de falso testimonio cuando declararon como testigos. En el caso de las dos primeras, la sala dice que es preciso investigarlas, ya que en el juicio oral, celebrado el pasado noviembre, cambiaron las declaraciones que habían hecho durante la instrucción del caso y las sustituyeron por otras que beneficiaban al acusado.

Con respecto al tercer testigo, se pide esclarecer por qué realizó afirmaciones -también favorables para Khalid G.- que no podían ser fruto de sus observaciones, ya que, por la ubicación de su casa, no podía ver lo que ocurría en la del acusado.

La sentencia declara probado que los hechos ocurrieron el 6 de octubre de 2016, cuando el acusado llegó al domicilio en el que convivía con su esposa, la hermana de esta y otra mujer. Se inició entonces una discusión entre los esposos por cuestiones económicas familiares y, en un momento de enfrentamiento, trató de agredir a su mujer, en presencia de la hija menor de ambos y de su cuñada, que se interpuso en un intento de evitar la agresión, y que sufrió empujones y manotazos.

En un momento, ambos se encontraron en el balcón, desde el que ella pidió socorro, «actitud que motivó que el acusado la agarrase y tratara de evitar que siguiera gritando, tapándole la boca con una de sus manos, mientras que con la otra la agarraba por el pecho».

En este sentido, la sentencia da por probado que en ese forcejeo, la esposa llegó a tener arqueado parte del cuerpo hacia la calle aunque no estima demostrado que intentara defenestrarla.

La situación fue observada por un testigo, Eduardo López, dueño de un gimnasio, que acudió a la vivienda y que, tras forzar la puerta, consiguió reducirlo hasta la llegada de la Policía. El tribunal tiene palabras de elogio para esta persona y critica la estrategia de desprestigio que asumieron en el juicio, tanto el acusado como su esposa y su cuñada.

 

 

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