El crimen de la Venta de Puñales en Cieza

Pesetas por la vida de Felipe López Robles

Miriam Salinas Guirao

El 14 de diciembre de 1893 el Diario de Murcia se convertía en el altavoz del miedo del pueblo de Cieza. Andaba suelto un asesino. Era objeto de todas las conversaciones el horrendo crimen cometido en la carretera, frente a la venta de Puñales. El autor no había sido capturado todavía. El agredido, aunque en estado sumamente grave pudo declarar, creyendo que se iba a morir, haciendo un relato detallado del crimen. La herida: una pedrada que le partió el frontal haciéndole pedazos la ceja y el ojo derecho. Lo llevaron rápidamente a la venta de Puñales. Desde el momento del incidente la guardia civil, y todas las autoridades desplegaron el operativo para capturar al acusado.  Cuenta El Diario de Murcia, que después de cometido el delito, se vino a Cieza “y se estuvo paseando tan tranquilo por todas partes. Desapareció cuando empezó a divulgarse el crimen, y a decirse que el que él había dejado por muerto en medio de la carretera, no había muerto, y que lo había declarado todo ante la guardia civil. La familia del presunto matador, que es muy numerosa, y toda muy buena y muy honrada, está sumida en la mayor consternación”.3. avda cajal, Cieza, TodoColección

La información corrió a la prensa nacional La época, El Liberal y La Unión Católica daban la noticia. Incluso El País que el mismo 14 de diciembre investigaba las razones del incidente: “En la carretera de Murcia a Cieza y próximo al sitio denominado de la Venta de los Puñales se ha cometido un crimen que tiene horrorizados a los vecinos de aquella comarca. Marchaba en un carro por la indicada carretera en dirección a Cieza donde pensaba comprar unos cerdos, el vecino de Villanueva, Felipe López Robles, apodado Culebra, cuando se le incorporó un sujeto de malos antecedentes, vecino de aquella población llamado José Asensio. (…) Asensio debía estar acechando la llegada del carretero para robarle, porque tenía conocimiento de que había marchado en busca de dinero para comprar unos cerdos que el corredor se había encargado de proporcionarle. A los pocos momentos de ir Robles en aquella compañía, y cuando el recién llegado se convenció de que llevaba dinero para adquirir los cerdos cantidad que ascendía a poco más de 90 duros, se le abalanzó en el carro y con una navaja de afeitar, le dio cuatro tajos tremendos en la cara, cuello y mano derecha y después varios golpes con una pesada piedra robándole cuanto llevaba encima y dejándole por muerto”. El País cuenta que La Guardia Civil recogió al “infeliz” López Robles y lo condujo a la venta de Puñales con vida todavía. Cuando recobró el conocimiento pudo declarar al criminal. José Asensio no era apresado pero se tenía esperanza de dar pronto con su paradero. “La indignación del vecindario por este hecho bárbaro es general”, se puede leer en el diario. Al parecer José Asensio era un conocido criminal local que ya había cometido otro asesinato cuando apenas tenía cumplido los 15 años de edad, entonces estuvo en presidio 12 años, aunque no se ha encontrado información sobre este suceso. “Después ha venido cometiendo diversas fechorías de las que siempre ha salido bien, gracias a no se sabe qué protecciones, verdaderamente incomprensibles. Entre las fechorías y desmanes cometidos por Asensio, se cuenta el siguiente: En cierta ocasión, celebrándose la fiesta de los patronos de la inmediata villa de Abarán y como a ella hubiera concurrido muchos vecinos de Cieza, el Asensio espera su regreso por la noche situándose en una encrucijada del camino y cuando aquellos volvían, el matón se entretuvo en apalear a los hombres mujeres y niños, hiriendo a muchos de ellos. Pues bien, estas bárbaras hazañas quedaron siempre impunes. Y esto contribuye a que ahora sea mayor la indignación producida por el asesinato de López Robles. Este desgraciado falleció en la venta de los Puñales”. Los periódicos daban por fallecido a López Robles, pero unos meses después, se curó de todas las heridas.

venta-de-puñalesTuvieron que pasar tres años para que se volviera a recuperar el crimen en prensa. La Provincias de Levante el 16 de marzo de 1897 informaban de que  a las 12:30 horas se había constituido el tribunal del jurado para entender en una causa procedente del juzgado de Cieza, contra José Asensio García, por el delito de asesinato frustrado, en la persona de Felipe López Robles. El ministerio fiscal refiere el hecho de la siguiente forma: “Sabiendo el procesado que en la mañana del 11 de diciembre de 1893, llegaría a Cieza procedente de Villanueva, el vecino de este último pueblo Felipe López Robles, con fondos para pagar unos cerdos que su criado Lucas González Robles había comprado, estuvo a la vista del camino y se incorporó con él poco antes de entrar en la carretera que conduce de Albacete a Cartagena. Al Verle Robles, le invitó a montar en el carro que llevaba, cuya invitación fue aceptada por el procesado, el cual al llegar al kilómetro 118 y aprovechando la ocasión de que el Robles daba la espalda por ir guiando las mulas, le acometió por la espalda dándole con una navaja barbera una cuchillada en el cuello que le cortó la bufanda y le causó una herida, por cuya razón, el carretero le arrebató el arma al Asensio. Este último quiso de nuevo arrebatarle el arma y al intentarlo se produjo una cortadura en la mano derecha de la que curó a los 17 días. Luchando el López Robles y el Asensio cayeron a la carretera donde el último causó al primero, con piedras de gran tamaño, hasta 14 heridas en la cabeza, cuello y cara, y varias contusiones en el cuerpo, sustrayéndole luego una cartera que contenía 450 pesetas en billetes. El López Robles, quedó curado de las heridas que recibió, el día 26 de marzo de 1894. El agresor José Asensio García, se presentó espontáneamente al juzgado el día 18 de diciembre de 1893. El Ministerio Fiscal, en su escrito de conclusiones provisionales, calificaba el hecho de robo, surgiendo además un delito de asesinato frustrado, de los cuales es autor responsable el procesado José Asensio García apodado Portillo, siendo de apreciar como circunstancias modificativas de la penalidad las agravantes de alevosía, reincidencia y ejecutar el hecho en despoblado por lo que deberá imponérsele la pena de 18 años, 4 meses, cadena temporal, accesorias, costas y 700 pesetas de indemnización al lesionado. La acusación privada a cargo del letrado Sr. Diez y Sanz, se muestra en todo conforme con el Ministerio Fiscal. La defensa del procesado a cargo del letrado Sr. Llanos, niega los hechos relatados por el fiscal y acusación y solicita para su patrocinado la libre absolución, por no ser responsable de ningún delito”.

El 19 de abril de 1897 en Las Provincias de Levante se daba cuenta del destino del penado. Por la Dirección general de Establecimientos Penales era enviado al penal de San Agustín, el rematado en esta cárcel Francisco José Asensio García, a extinguir la condena de 10 años y 1 día de presidio mayor, impuesta por esta Audiencia provincial, en causa procedente del juzgado de Cieza, por los delitos de robo y lesiones.

 

 

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