El discurso del relato único a través del prisma de Pepe Belló

Plus Ultra

Una de las peticiones que más deambulan por nuestros grupos de Whatsapp aparte de “¿quién viene a tomarse algo?”, es la de “¿qué peli o serie me recomendáis?” Se suele pedir algo emocionante, que tenga un final que ni George R.R. Martin se podría esperar. Claro que este fanservice es muy difícil de controlar y cada vez está más explotado. Por eso cuesta tanto crear unas historias entrelazadas que desaten un cruce apoteósico. Que, desde un punto de vista distinto, cambie radicalmente tú opinión al respecto de una muerte, una decisión drástica o un beso fortuito.

Pero la importancia de tener estos puntos de vista distintos parece que todavía no han hecho mucho efecto en nuestra vida diaria y en nuestra manera de comprender la sociedad. Tenemos la costumbre de entender la historia como una sola línea representativa, con espacio para un solo relato único. Hay una verdad totalmente inamovible y objetiva sobre los hechos o al menos la he aceptado y lo otro son interpretaciones para llevárselo a un terreno o a otro.

El problema de este relato único es que crea estereotipos, y no es que sean falsos, es que son incompletos. Y puedes estar ayudando psicológicamente al niño que ve muertos, sin haberte percatado de que tú también lo estás. Claro, que esto puede cambiar si miras al “más allá”, a los lados de ese camino único con el que comprendías la historia. Todos estos caminos que se van abriendo, o mejor, los caminos que la filosofía y la sociología se atreven a mirar y redactar en los últimos tiempos, asumen el prefijo pos(t)- “después de-“.

Estos caminos siempre han estado fuera del espacio de influencia, y obviamente, al empezar a recoger esos matices de la historia, el entendimiento que teníamos de nuestra pasado, se ve alterado. Nuevas visiones sobre el feminismo, el poscolonialismo o el clasismo, pueden ayudarnos a identificar y a entender una parte de la historia que no habíamos tenido para nada en cuenta, y que siempre han estado presentes, pero sin voz, sin ninguna oreja que les escuchara, mejor dicho, porque reivindicaciones siempre han tenido.

Tristeza me da ver que uno de los lemas de las personas más intransigentes y con menos amplitud de miras de este país sea “Plus Ultra”, lema que se escogió para quitar miedo a los navegantes sobre una idea mitológica, religiosa, que tenían acerca de los límites que les imponía el mundo. Más allá significa distancia espacial, marca un avance, promete el futuro; pero nuestras insinuaciones de exceder la barrera o el límite son incognoscibles, irrepresentables, sin retorno al presente.

Si queremos entender el final de este thriller-sociedadistópica, tenemos que entender todos los distintos caminos sociales que nos han llevado hasta aquí. Todos los afectos que han marcado el camino de tantas personas, porque los afectos son los que construyen los hábitos. Tenemos que empezar a tocar el futuro por el lado de acá, sabiendo que sigue habiendo muchos caminos de comprensión de la realidad, y eso es lo que enriquece la historia, y ese cruce de realidades es lo que pueda hacer que vivamos en una película de serie B o en una obra maestra.

 

 

 

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