El Gato Azul de Cieza y los intensos años setenta (Parte I)

      Imagen de Julián Martínez Guirao del grupo de Fotos Antiguas de Cieza

La discoteca al aire libre que marcó a varias generaciones

Miriam Salinas Guirao

Si tuviera que medirse por suspiros la vida, El Gato Azul sería un lugar clave de encuentros vivaces. Bailes, fiestas, canciones, espectáculos, galas, mítines… Todo cabía en el emblemático lugar ciezano.

Los años setenta hervían la piel de los ciezanos: retumbaban los corazones frente a una década que traería cambios, o que al menos, lo intentaría. “El gato que esta triste y azul/ nunca se olvida que fuiste mía/ más sé que sabrás de mi sufrir/ porque en mis ojos una lagrima hay…” Roberto Carlos emocionaba con ‘Un gato en la oscuridad’  tanto es así que su letra se grabaría en la cabeza de los hombres que fundarían el insigne lugar de recreo para poner el nombre.

El origen del emblemático local

El Gato Azul fue una obra del arquitecto ciezano Francisco Saorín Marín, se abrió en 1975, de la mano de José María Salmerón Hernández, Jesús Castaño Sánchez y José Camacho Martínez (Jorge ‘el de la Peña’). Para poder buscar el origen de la idea que revolucionó la Región, el hijo de uno de los fundadores (José María Salmerón Hernández) nos cede su testimonio, hablamos de Joaquín Salmerón Juan: “En el año 69 mi padre montó el bar Rhin, a partir de ahí, él y cuatro amigos más compraron la discoteca Sapporo en la calle duque de Rivas, donde está la Cruz Roja. Al mismo tiempo José y mi padre llevaron el servicio de barra del Pabellón de Cieza, y lo alquilaron para organizar espectáculos de grupos para el verano”. El buen tiempo de las noches estivales ciezanas animó a José María y compañía a crear una discoteca al aire libre: “Vino Formula V a inaugurar la sala durante dos días, y artistas de la talla de Al Bano & Romina Power, The Platters, Rocío Jurado o José Luis Perales. Mi padre pensaba que el local no podía estar muerto el resto del año, y se organizaron combates de lucha libre, donde siempre había un bueno y un malo, de blanco, uno y de rojo o negro, el otro; también cine de verano, con películas que ya habían trascendido la censura, galas, espectáculos…”.

Cieza y El Gato Azul

La década de los 70 trajo aires de cambio a España; y a Cieza, el Gato Azul. Su escenario vio pasar artistas de primer nivel, frente a una población despierta y emocionada.

En el verano de 1976, el 14 de agosto, se coronaba a la ‘reina’ infantil de las fiestas, y donde mejor que en El Gato Azul. Fue “la simpatiquísima Mari Carmen García Gómez”, como relataba el diario Línea. El espectáculo se aderezaba con teatro guiñol, ilusionistas, payasos y atracciones. El calor de agosto no mitigaba las ganas de celebración y las fiestas locales todavía no habían empezado. Esa semana se había trasladado San Bartolomé desde su ermita al templo de Nuestra Señora de la Asunción. Si en la gala de la reina infantil de las fiestas hubo espectáculo, la gala total no iba a ser menos: actuaba Sergio y Estíbaliz, el 21 de agosto. Ese año el premio fue para Adoración Penalva Aroca.

Los festejos se iniciaron el día 22, con el ‘Tío de la pita’. Había toros, karting, fútbol, casetas, atracciones, concurso de fotografía… y como no, actuaciones en El Gato Azul. Esos días de verano pasarían por la terraza de El Gato Azul: Julio Iglesias, Pepe da Rosa, Camilo Sesto, Al Bano, Juan Pardo, Braulio, también hubo un gran baile y una gala contra el cáncer con la voz de María Dolores Pradera. Ese año la prensa regional llegó a decir de Cieza que era: “Algo así como si la capital del reino hubiera cambiado de sitio. En pocas ciudades importantes podría elegirse hoy entre tanto. De veras que sí”. (Línea, 26 de agosto de 1976)

La programación no solo vibraba en agosto, en septiembre durante casi una semana se celebró el Festival Clásico de la Juventud, según las crónicas ese año se dieron cita en la festividad, “6000 personas que día a día” acudían a la terraza de El Gato Azul” (14 de septiembre de 1976)

El local también albergó actos políticos en la incipiente democracia española tras la dictadura de Franco. En mayo de 1977 se presentaba el PSOE en la terraza de verano de El Gato Azul, con la intervención de Daniel Lucas Gómez, quien pidió que se guardara un minuto de silencio por los militantes ciezanos desaparecidos. En junio fue el turno del Partido Comunista, donde intervino Ana Emilia Martínez Gallego, Salvador Madrid Cabezo, María de los Ángeles Molina y Pilar Brabo, miembros del Comité Ejecutivo Nacional.

A mediados de agosto se hacía público el cartel de las actuaciones durante la feria de Cieza: José Luis Moreno, Pablo Abraira, Ángela Carrasco, Pedro Aledo, Luc Barreto, Pedrito Rico… El 20 de agosto se hacía pública la reina de las fiestas y sus damas, en El Gato Azul,  el honor fue para Josefa Cánovas Velasco y la reina infantil, Isabel Gómez de Rueda. También se daba el I Concierto de Música Rock con la actuación de Elephas, de Cartagena, Opinión y Burning. En septiembre volvía a celebrarse la gala pro Lucha Contra el Cáncer con la intervención de Sara Montiel.

“Ese año se contrató a José Vélez, pero después de haber firmado, quiso que le pagaran más dinero porque había ganado un festival, se dijo que no, que tenía que venir por el precio acordado. Ese día se sorteó un coche nuevo entre todos los que compraran la entrada, hubo que sortearlo unas cuarenta veces”, explica Joaquín. El 27 de agosto de 1977 José Vélez debería haber actuado en Cieza. Para ese día se había previsto una rifa de un 124-D a estrenar. Asistieron según las crónicas unas 120 personas, lo que generó pérdidas económicas. La situación se resolvió favorablemente para la empresa ciezana ganando el juicio por daños y perjuicios. El juicio de conciliación decidió que el 24 de agosto del 78 José Vélez actuaría gratuitamente en Cieza para reparar los daños causados, comprometiéndose, a la vez, a no actuar antes en un radio no inferior a 50 kilómetros, cláusula que parece ser que incumplió al actuar en Alcantarilla, Alguazas, Archena, Jumilla… (Línea, 26 de agosto de 1978)

La elección democrática de la reina de la fiesta

En 1978 el verano volvía a motivar los imborrables raticos en El Gato Azul. Ese año se esperaba la actuación de Phil Trim, Rocío Durcal y Los Panchos. La reina de las fiestas volvía a ser una celebración icónica en la localidad, y esta vez la elección era “democrática”: “Es decir, elegida popularmente entre los asistentes a la verbena del día 15 (…). Y esta vez sí que hubo consenso, ya que, según parece, la elegida ganó por mayoría aplastante. Luego, hubo sus más y sus menos. Oí decir que la votación estuvo trucada, que la chica no era de Cieza. Y es que, ya se sabe, personas que se resisten a que se instaure la democracia en todo, hasta en esto que parece tan trivial” (Línea, 24 de agosto de 1978). Ella era Amparo Pérez-Gómez Tarazona.

La noche más oscura

Todo estaba preparado para vivir una feria absolutamente maravillosa, pero… la noche del 24 de agosto marcaría un recuerdo imborrable en cuantos ojos presenciaron lo ocurrido en El Gato Azul.

 

 

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