El silencio más conmovedor

   Imagen de cristodelaagoniacieza.com

El Jueves Santo de Cieza estuvo marcado por las procesiones de Nuestra Señora de Esperanza y Gracia, con la representación popular de ‘Manolas y Manolos’, y el silencio sobrecogedor del Santísimo Cristo de la Agonía

Javier Gómez

El Jueves Santo es el día de luto por excelencia. Se representa la muerte de Jesús, y fiel a su cita acudieron la Cofradía de Nuestra Señora y Gracia, conocidos como ‘Los Hijos de María’, y la del Santísimo Cristo de la Agonía, protagonista de la procesión del Silencio.

Primero fue el turno de Nuestra Señora de Esperanza y Gracia, engalanada con un bonito manto floral, que empezó a procesionar a las 20:30 horas y recorrieron las calles Plaza Mayor, Cid, La Parra, Rincón de los Pinos, Larga, Buitragos, San Sebastián, Mesones, Cadenas, Barco y La Manga. Caminaba la comitiva, fiel reflejo del dolor de la virgen, bajo el luto riguroso y las mantillas de más de un centenar de ‘Manolas y Manolos’ como avanzadilla de la talla de la virgen, abriéndose paso por las calles abarrotadas de personas. Era el preludio que anunciaba la muerte de Cristo.

Si esta procesión fue emotiva la siguiente, de gran arraigo popular, no le fue a la zaga. La Cofradía del Santísimo Cristo de la Agonía era la encargada de sacar la imagen de homónimo nombre. Las 00:00 horas marcaba el reloj cuando hizo acto de presencia la representación de la muerte de Jesús, saliendo de la Iglesia de la Asunción. Una tradición que se remonta a 1931. Con paso lento avanzó el Cristo de la Agonía por las calles totalmente a oscuras, únicamente iluminadas por los cirios de los procesionarios, y el silencio sepulcral de los espectadores.

Fue una magnífica representación del dolor producido por la muerte de Jesús para dar paso hoy a las procesiones de Viernes Santo. La Semana Santa de Cieza sigue avanzado. Jesús ha muerto, ya sólo quedan tres días para la Resurrección y la alegre Cortesía.

 

 

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