Entrevista a los concejales no adscritos: «No somos tránsfugas, somos ciezanistas»

ENTREVISTA

Con paso lento y parsimonioso, las piernas atenazadas por el frío, callejeo por el casco histórico de la localidad, por la primigenia Cieza. Un paseo que suele resultar delicioso hoy no lo es tanto; se dejan notar las primeras heladas de la época y busco, como único parapeto, los tenues rayos de sol que se cuelan entre los edificios. Voy en busca de los protagonistas, muy a su pesar, de la convulsa vida política ciezana. Llevan más de diez días en el ojo del huracán debido a una decisión sin precedentes en la historia de la democracia consistorial: son los nuevos concejales no adscritos que han renunciado al PP. Son casi las cinco de la tarde, pero esa misma mañana recibí una llamada que volvería a sacudir, nuevamente, los cimientos del PP de Cieza. Esta tarde, en la entrevista, seremos uno más. Paco Caballero también ha presentado su renuncia al partido. «Vaya, lo que queda de legislatura promete», pienso mientras levanto la vista y me encuentro ante un caserón antiguo, a escasos veinte metros del Ayuntamiento, donde surgió la guerra fría entre la bancada popular

Javier Gómez

Entro en la casa, clásicamente decorada, y, por fin, noto un calor acogedor. Una vez dentro el frío solo es una quimera. Los libros y una multitud de retratos se suceden en la coqueta sala de estar, además de imágenes religiosas, que denotan el carácter devoto y familiar del anfintrión: Enrique Fernández, ex portavoz y excoordinador del PP. Tengo ante mí a tres de los cuatro concejales no adscritos. Padres y madre de familia. Un licenciado en Químicas, una licenciada en Ciencias Ambientales y un funcionario de la Seguridad Social o lo que es lo mismo a Enrique Fernández, Ana Belén Corredor y Francisco Caballero, familiares de miembros fundadores de Alianza Popular en Cieza y, ahora, «apestados» en su expartido. «Qué irónica puede resultar a veces la vida», pienso.

Echando la vista atrás todo ha pasado muy rápido. En la primavera de 2015, la cúpula regional del PP decide insuflar aire fresco en Cieza y designa para las elecciones a Juanma Molina, que se rodea de un equipo que se autodenominan «renovadores». El objetivo es alcanzar la alcaldía pero el triunfo se les queda al borde de las manos. Desde entonces, se inicia una guerra fría entre los dos sectores que se han conformado: el equipo de Molina y otro aglutinado alrededor de la figura de Fernando Tamayo, hijo del último alcalde popular de Cieza. Se realizan afiliaciones ‘express’ para decidir el ganador de los comicios internos del PP de Cieza. Finalmente, se alza vencedor Tamayo. En el otro sector se suceden las peticiones de baja en el partido, que no son admitidas por defecto de forma; aunque se hacen efectivas las de varios exconcejales de anteriores legislaturas y las de algunos «históricos». El último capítulo sucede tras el cese de Enrique Fernández como portavoz y coordinador, provocando la renuncia de los nuevos ediles no adscritos. Y después de dos años y medio de legislatura no queda ningún «renovador» entre los concejales. Molina y Piñera dimiten; Daniel Rodríguez no llega ni a tomar posesión del cargo; y Fernández, Quijada, Corredor y Caballero se declaran concejales no adscritos. Por tanto, el PP queda desmenbrado. Terminó la anterior legislatura con 12 concejales y mayoría absoluta; inició ésta con 8 y en la oposición; y, ahora, tiene 4, los mismos que los rebeldes. Después del resumen, es hora de hablar con los que se han rebelado.

Enrique y Ana Belén están deseosos de entrar en materia, llevan días sufriendo las críticas de sus excompañeros. Sin embargo, Paco Caballero se muestra más callado y pausado. Aún está asimilando su situación. Lleva apenas unas horas como no adscrito. «Todo esto viene desde el inicio de la legislatura, desde 2015, incluso antes, en campaña electoral», se lanza Enrique. «Somos nombrados por Juanma Molina – continúa- y esta decisión no es aceptada por Fernando Tamayo». En este punto le manifiesto que fuentes del otro sector me aseguraron que Molina no quería en el partido «nada que oliera a Tamayo». Corredor replica inmediatamente: «Quien te lo haya dicho miente. Juanma abrió el abanico», zanja la cuestión. Fernández retoma el hilo argumentando que el que fuera entonces número uno del partido creó una Comisión Coordinadora para aglutinar todas las ideas. «Sin embargo, poco tiempo después los tamayistas dejan de asistir. Más tarde nos dimos cuenta por qué. Ya estaban ideando su plan para desalojarnos. Crearon la Oficina de Proximidad sin contar con nosotros, ¡ni siquiera con Juanma! Nosotros siempre les habíamos tendido la mano, incluso retirábamos nuestras mociones y notas de prensa para que salieran las suyas, y ellos crearon la OPP para usurparnos las funciones. Te contaré una anécdota. Cuando vino a Cieza Violante Tomás, la consejera, Ana Belén y yo estábamos situados en los flancos y al publicar el partido local la visita nos habían eliminado de la foto (ahora comprendo las chanzas que llevaban a cabo al tomarles la fotografía para la entrevista e insistir, entre ellos, que Ana Belén estuviera situada en el centro «para no ser eliminada»), asevera el alto y fornido edil, fiel reflejo de las tierras castellanas que le vieron nacer (es madrileño de ascendencia zamorana), aunque enamorado de la Región de Murcia.

La pregunta que se avecina es evidente. Les han llamado «chantajistas y peseteros». ¿Os consideráis tránsfugas? Un no rotundo y unísono resuena en la sala. Debía ser una pregunta esperada pero se les aprecia afectación. Fernández arguye que no puede traicionar a quienes le han votado, que debe seguir con su programa original. «Además, por el momento, solo he recibido muestras de afecto, incluso del equipo de gobierno, ningún reproche», matiza. «Las acusaciones han sido muy graves a nivel personal», continua lamentándose. «Yo soy muy ‘pepero’ – interviene Caballero-. Lo que acabo de hacer esta mañana me ha dolido en el alma. ¡Pero si mi madre fue fundadora de Alianza Popular en Cieza y llevo 27 años afiliado! Aunque no era concejal trabajé desde el principio de la legislatura con mis compañeros hasta que la nueva ejecutiva, después de ganar Tamayo las elecciones internas, me apartó. Es falso lo que se ha dicho argumentando que yo había dado mi palabra a Tamayo de que si renunciaba no me llevaría el acta». Ana Belén Corredor interviene también, incisiva, como suele hacer en los Plenos Municipales y como lo tendrá que hacer a partir de ahora ante sus excompañeros: «Es muy injusto que se empleen armas personales para intentar desprestigiarnos. A mí me afilió al PP mi abuelo, Pascual Corredor Tomás, esboza una sonrisa que se trunca para continuar, ¿cómo le explico a mi abuela, que tiene 90 años, que he renunciado? El vaso se ha llenado y no hemos tenido más remedio que tomar esta decisión, muy meditaba, después de muchas noches en vela».

Y a partir de ahora, ¿qué? Esa es la pregunta que se hace la ciudadanía de Cieza. ¿Qué línea política seguirán? Observo el abrigo rojo que descasa al lado de la edil. ¿Del mismo color?, bromeo con Ana Belén, señalando la prenda de vestir. Sonríe, pero deja bien claro: «No somos de izquierdas». Enrique Fernández interviene sentenciando: «Ahora haremos ciezanismo, desde una oposición constructiva, en la misma línea que nos propusimos al principio». Alrededor de él afloran las carcajadas y las miradas cómplices.

En la siguiente cuestión le interpelo a Fernández ya que parece llevar ‘la voz cantante’, sigue siendo el portavoz de este grupo de ‘facto’ que se ha creado tras partirse el Partido Popular de Cieza por la mitad. Algo pensarán de la actual ejecutiva popular. «Yo me enteré de mi cese como portavoz y coordinador del Grupo Municipal en Secretaría del Ayuntamiento -comienza Enrique-. Me lo tuvo que decir un funcionario. Ni una llamada del partido, ni un mensaje, ni un whats app. Nada. Me duele por mi entorno. Tenía una profesión antes de entrar en política y la tendré después. Nunca pedí la liberación. Fue una decisión que tomó Juanma cuando formó el equipo». El carácter afable de Fernández se diluye por momentos. Corredor, dicharachera, antes de que el silencio nos invada, tira de refranero para definir a la cúpula popular: «Dime de que presumes y te diré de que careces. Después de las elecciones locales a la presidencia del partido, les solicitamos estar en el Comité Ejecutivo. Ya lo veremos después de los cambios, nos dijo. Se quedó únicamente Enrique porque era el portavoz. Ahí comenzó la purga definitiva».

En ese momento, Caballero nos pide permiso para salir a fumar, continúa aglutinando las ideas en su mente. Por un instante, casi me levanto y quiero acompañarle, pero un mínimo atisbo de profesionalidad y la confortabilidad de la casa solariega me retienen a quedarme calentito en mi sitio. Debo seguir preguntando. Por ejemplo, una cuestión que se pregunta todo el mundo. ¿Por qué se fue Juanma Molina? El silencio reina. Son cautos. «Eso es algo que deberías preguntárselo a él», alega el exportavoz. En realidad, es algo que ya hice el día que dimitió y la contestación fue la misma que se dio oficialmente a los medios: «Motivos personales». Sin embargo, observando la sucesión de hechos que se han concatenando desde entonces, la versión queda escueta. «De acuerdo», pienso; seguiremos por otros derroteros menos escabrosos y después retomaremos la senda peliaguda.

Por el momento, carecen de medios para llevar a término su función política. Se debe reunir la Comisión de Portavoces del Ayuntamiento para decidir esta cuestión, y será necesario el consenso. Sus excompañeros es bastante difícil que quieran dárselos, máxime teniendo en cuenta que han presentado una moción específica para ellos sobre el transfuguismo. No les preocupa, incluso no lo consideran relevante. «Nos vamos a seguir reuniendo y preparando nuestras actuaciones políticas igualmente», aduce, sereno y tranquilo, Enrique Fernández.

El tiempo ha ido pasando y antes de que la entrevista se acerque a su ocaso es hora de plantear preguntas menos cómodas. El PP regional les aupó como caras visibles para esta legislatura y, ante los problemas que han ido surgiendo, les ha dejado caer. ¿Lo consideran una traición? Resoplido generalizado. Vuelven a tirar de mano izquierda. «En este sentido, hemos sido honestos y leales -comienza Enrique-. Murcia conocía nuestra decisión antes de hacerla oficial. No comprendo como el presidente local asegura que le ha pillado por sorpresa». La cautela o las formas vuelven a dejar una pregunta candente en el aire.

Insistimos; aún quedan más balas en el cargador. Acaban de abandonar el nido pero, ¿tienen pensado regresar, algún día, al calor del hogar cuando este no siga habitado por la actual ejecutiva? Más silencio. Se rompe, impulsivamente, por Ana Belén Corredor: «A nosotros no nos han echado; nos hemos ido». El portavoz de «facto», raudo, matiza: «El día que eso ocurra ya se verá». Queda una puerta entreabierta que contrasta con la respuesta ofrecida a más munición. ¿Hay ofertas de otros grupos sobre el tablero? Breves instantes de incertidumbre que son aprovechados para intercambiar miradas. Posteriormente, cierran con rotundidad: «Nuestro futuro político acaba con esta aventura».

Una aventura en la que destacan, y guardan como oro en paño, la amistad que ha surgido entre ellos. Sonríen al comentarlo y, por momentos, parecen felices. Una amistad que se afianzó tras la salida del Partido Popular de Juanma Molina y que fue el nexo de unión de un grupo que se sentía aislado, cercado de enemigos, «y que nos sirvió para afrontar el futuro con fuerzas», declaran. En este momento es cuando me planteo, y se lo hago extensible a ellos, cómo será la relación con sus excompañeros en los venideros Plenos Municipales. «Pues, como en los últimos tiempos, inexistente», es su melancólica respuesta. Una sombra cruza el semblante de Ana Belén Corredor y se lamenta en voz alta: «Sigo sin concebir cómo quisieron romper algo que funcionaba; carece de sentido».

La última cuestión no es baladí. Si son fieles a su palabra, a lo que expresan como «ciezanismo», es muy importante que no se integren, antes de que acabe la legislatura, en otro grupo municipal. Y eso es importante porque el vaivén de la política no nos tiene acostumbrados a la sinceridad. Ya ha terminado la entrevista y no sé que creer: si estas son sus formas políticas o callan más de lo que dicen. Da pereza salir al exterior. Volver al frío de la calle. En mi mente fluye una idea. Cómo se les puede definir. Si nos suscribimos a la definición estricta del diccionario, en su acepción peyorativa, la palabra sería la que le otorgan sus excompañeros: tránsfugas. Sin embargo, quizás, haya que observar en el interior de sus corazones. Entonces, la definición sería otra. Pónganla ustedes. El camino que han escogido no es sencillo.

 

 

One thought on “Entrevista a los concejales no adscritos: «No somos tránsfugas, somos ciezanistas»

  1. asfh

    cosas que pasan en la politica
    no son ningunos apestados

    ni ladrones

    ni nada malo

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