José Antonio Vergara describe a los «saqueadores» de lo público

Patente de corso

Les contaré algo que seguramente ya saben. Entiéndase por patente de corso la carta o documento expedido por la autoridad competente (monarcas y alcaldes, generalmente), en virtud de la cual un barco pirata quedaba oficialmente autorizado para abordar y saquear barcos enemigos.

Consistía, por tanto, en un ejercicio de piratería con licencia administrativa del que el gobierno se llevaba su tajada. No era un acto de guerra sino, simple y llanamente, un robo legalizado. El pirata, aún abocado a repartir el botín, se ganaba la protección del Estado y alcanzaba un grado superior: ya no sería un vulgar pirata; se había convertido en todo un corsario. Como dicen en mi pueblo, ahí es na.

Habrá quienes crean que esto pertenece al pasado. Se equivocan. Aunque la expresión ha caído en desuso y la referimos a tiempos pretéritos, está de plena actualidad. Y para muestra este botón……

La energía eléctrica, bien de primerísima necesidad, está controlada por tres grandes corporaciones: IBERDROLA, GAS NATURAL FENOSA Y ENDESA. Ya tenemos corsarios.

La totalidad de los ciudadanos precisamos de esa energía para cocinar, calentarnos, asearnos, refrigerar los alimentos e iluminar nuestras casas. Ya tenemos el barco enemigo: los consumidores.

Reconozco que, pese a algunas tentativas con los números, siempre he sido de letras. No obstante, sospecho que, salvo algunos genios del lenguaje encriptado, nadie llega a comprender del todo la profundidad y hondura de una factura de la luz porque luz y taquígrafos, y no otra cosa, es lo que se echa de menos. Están concebidas justamente para eso; para no ser entendidas. Todo un cóctel de cifras, conceptos, servicios, impuestos e IVA, que sirven de coartada para consumar un verdadero latrocinio. Estado y empresas se repartirán tan jugoso botín aunque famélicos queden nuestros bolsillos.

El Estado emitirá la patente de corso para que tales empresas puedan operar con impunidad, mientras las economías domésticas sufren, con puntualidad inglesa, tan lesivos abordajes. Hace veinticinco años,  el coste de la energía era razonable y asumible por la mayoría de las familias pero, de aquel tiempo a esta parte, todo se ha desbocado hasta límites inaceptables. Dicen que la demanda aumenta los precios. Pamplinas. Una mayor demanda permite una bajada de los márgenes comerciales porque los beneficios se mantienen o incrementan al haber una mayor venta. Lo mismo ocurre con la gasolina y el gasóil, cuyos precios aumentan causalmente cuando nos vamos de vacaciones. O con el marisco en vísperas navideñas. Encontrarán mil razones para justificar la subida de los precios y ninguna para bajarlos. Lo que incrementa el precio no es la demanda; es la codicia inagotable de corsarios y poderdantes.

Señores churreros. Tomen nota. Cuando los jóvenes, atribulados por una larga y etílica noche, acudan al alba y en tropel a consumir porras, péguenles un buen sablazo y doblen el precio de la rosca. Díganles que la harina, el aceite y el azúcar han oscilado al alza en el mercado secundario. Díganles también que Juan Valdés ha cambiado el mulo por una flagoneta y las amortizaciones del activo inmovilizado han  elevado el precio del café. Total; del crujío no se van a enterar pues a esas horas andan algo perjudicados. Cuando despierten, apenas recordarán nada.

Ironías aparte, pleguémonos a la evidencia y reconozcamos que los gestores de las eléctricas son gente agradecida. He buceado en los portales digitales de estas compañías y en diversos artículos de investigación y nada de leyenda hay en todo esto. Expolíticos de renombre han formado y forman parte de los respectivos consejos de administración. Allegados y políticos de segundo nivel ocupan otros puestos de reponsabilidad, algunos creados ad hoc y generosamente retribuidos. Dije antes que tales oligopolios son agradecidos pero también son interesados pues algunos fichajes estelares siguen teniendo hilo directo con el poder. Endesa (cuya privatización concluyó bajo el mandato  aznariano) fichó al Sr. Aznar por sus vastos conocimientos en energías renovables. Otro tanto ocurrió con el Sr. González, autoridad mundial en técnicas conductivas del gas natural licuado, por cuya excelsa colaboración  Gas Natural tiró de chequera.  Si alguien atisbare sarcasmo en mis palabras, sepa que no anda desencaminado.

No caeré en la demagogia de la que huyo como del mismo diablo. A ver si consigo hacerme entender. La política es, o debiera ser, el más noble de los quehaceres terrenales. Haber sido político no debe ser una mancha ni un menoscabo en el activo de una carrera profesional a menos que el ínclito haya  contraído méritos para lo contrario. Ocurre que cuando se gestionan altos intereses desde la presidencia del gobierno, ministerios, secretarías de estado o direcciones generales, debiera mantenerse un escrupuloso equilibrio entre el interés general y la legítima aspiración de una empresa para obtener un beneficio justo. Para disipar dudas y ahuyentar peligros, bien estaría que quienes han ostentado altas responsabilidades de gobierno no pudieran entrar en los consejos de administración ni en puestos de responsabilidad de empresas concernidas por tales tareas de gobierno. Al menos, durante el tiempo suficiente para que el poder se diluya y las componendas se olviden.  Lo he dicho en alguna ocasión y lo volveré a recordar cuantas veces sea menester. El Sr. Soria, tras su forzada dimisión, dejó escrito algo de una gravedad extrema; manifestaciones no contradichas por él y que prácticamente pasaron desapercibidas en los medios de desinformación que padecemos, más interesados en el patrocinio que en la verdad. Recordemos que el Sr. Soria portó la cartera de Industria, Energía y Turismo. Escuchen bien, por favor. Vino a reconocer que una de las cosas que más le sorprendió cuando se hizo cargo del ministerio es que las eléctricas venían al ministerio con los Reales Decretos ya redactados. No olvidemos la polémica subasta de 2013 que marcó una subida de la luz del 11%. El exministro acusó a las eléctricas de haber manipulado los precios. Meses después, la Comisión Nacional de Mercados y de la Competencia corroboró esta imputación en algún caso. Soria llegó a decir que las eléctricas solían hacer el BOE pero que esto se acabó.

Lo cierto es que a quien finiquitaron fue al Sr. Soria. El corleone de turno filtró una información interesada y le mandaron a galeras. Y las eléctricas, que no se presentan a las elecciones ni maldita la falta que les hace, siguen surcando nuestros mares a su antojo, asaltando nuestras maltrechas barcazas, ante la mirada cómplice y hedionda de mercenarios de la política.

¿Prosperidad, crecimiento, beneficios, empleo, eficiencia……? Naturalmente que sí, pero mil veces antes la bandera de la ética que la pirata.

La empresa, para ser rentable y eficiente, no ha de agradar al poder; bastará con el  trabajo, el rigor y la decencia. El poder, por su parte, debe propiciar un marco equitativo en el que la empresa pueda prosperar y los ciudadanos vean colmados sus anhelos.

No es que sea posible otro mundo, es que urge ir tras él. Tenemos una gran transformación pendiente que me permito bautizar como la Revolución del Olivo pues con sus ramas recibimos al Hijo del Hombre que, entre otros maravillosos testimonios, dejó dicho: ¿De qué vale al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma? Más allá del Evangelio no veo soluciones a nuestras tribulaciones. Así lo creo y así lo digo.

Lástima que algunos, con poder para hacer lo correcto, vendan su alma al diablo mientras, cada domingo y fiestas de guardar, se golpean el pecho frente al Altísimo.

 

 

 

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