Las reflexiones de Pepe Belló

El viento de un paseo

Tengo un momento del día para pararme más detenidamente a pensar. Cuando paseo a mi perra, se escapa campo a través, olisqueando y descubriendo, generando una perfecta metáfora de mi mente. Me paro, viéndola desaparecer entre los matorrales y pienso en qué escribir en para mi próximo artículo. Me hastía últimamente más de lo normal, otra vez algo denso, político. Parece imposible huir de esta vorágine de pseudodebate político actual. Todo el mundo quiere tener, y cree tener una buena opinión formada de cualquier cosa, y a veces caigo en el juego de creerlo yo también. Y encima viene la época por antonomasia de comidas y reuniones. Me quiero amparar en mi derecho de permanecer callado porque sé que posiblemente cualquier cosa que diga será utilizada en mi contra, porque no se busca compartir opiniones, se busca pisar, y mi naturaleza violenta esta casi que extinguida.

Además, desde una visión más política, no podemos permitir que la extrema derecha sea la que vaya configurando los patrones del discurso ni los debates que se van llevando a cabo. Porque últimamente son los que ellos proponen, y eso, nos guste más o menos, es seguirle el juego, y nos toca posicionarnos solo en la diatriba de extrema derecha o lo opuesto. Entonces se crea esa dicotomía en el que solo rechazas las ideas de extrema derecha, y el centro, que está en eterno movimiento, se lanza como pollo sin cabeza a la derecha. Así vamos a perder muchas garantías de discusión desde, en y dentro de la izquierda. Por ejemplo, hablando sobre las leyes homosexuales, no podemos criticar a la gente de derechas que ahora disfruta del matrimonio LGTB, porque realmente tenemos que estar contentos de haber conseguido ese derecho social y por ello hemos luchado, lejos de la ideología de cada persona.

Por tanto, si la extrema derecha lo que quiere es entrar a debate sobre este matrimonio, no es algo que nos tenga que preocupar, si no seguir consiguiendo derechos y luchar desde nuestro punto, porque ahora mismo la realidad es tenemos que seguir generando un cambio desde nuestra línea, y dando más pasos en esa dirección, y seguro que va a ser imposible que nos lo discutan. Otro tema que quieren traer a debate es la ley de violencia de género, que, aunque parezca ineficiente, estamos consiguiendo un cambio como sociedad. Es una ley con una vida en vigencia bastante corta en todo el mundo, y algunas medidas saldrán bien, y otras mal, pero creo que se está avanzando por un buen camino. Es por eso por lo que no podemos permitir que se discuta la derogación, si no seguir ampliando y creando conciencia social porque las leyes no van a cambiar que hayan más de 50 muertas en el territorio nacional, o que salgan a correr libres, porque es un cambio estructural, no de leyes, es un cambio de sociedad, de educación, es un cambio a largo plazo.

Estoy paseando a mi perra y no quiero que debates de 140 caracteres me minen la moral. Estoy dando pasos en la dirección que quiero, y no deseo que este viento amaine, vientos que me arrastran con un susurro de optimismo y esperanza. Los vientos a veces hacen volar papeles, páginas de libros, y folletos de propaganda. Y no paro de pensar en lo que me queda por aprender, y cómo aprenderlo, y destruir mis propios dogmas, que es la dirección de cambio que quiero ver. Espero que este viento se contagie. El resto, es propaganda.

 

 

 

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