Editorial

LA LUCHA CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO DEBE REALIZARSE TODO EL AÑO

La lacra de la violencia de género es una de las más execrables para una sociedad. De hecho, cualquier sociedad democrática y que se precie, en pleno siglo XXI, debe velar por el bienestar de todos y de todas. Hasta hace cuarenta años, durante la dictadura franquista, la mujer era un mero objeto propiedad de su marido. Su papel estaba reservado a cuidar de los hijos, de su casa y de su marido. Sin ir más lejos, necesitaba del consentimiento de una figura masculina familiar (ya fuera el marido, el padre o un hermano) para abrir una cuenta corriente en una entidad bancaria o para obtener el pasaporte.

Es cierto que como sociedad hemos avanzado muchísimo desde entonces, pero todavía percibimos síntomas que nos dicen que la mujer no ocupa el lugar que le corresponde, en completa igualdad, y que esta lacra continúa también en las generaciones más jóvenes; un dato, ciertamente, preocupante. Estos síntomas que nos hablan de la desigualdad existente entre géneros se aprecian además en el ámbito laboral y salarial.

La violencia contra la mujer es despreciable. Últimamente, hemos tenido casos concretos en la localidad, que se saldó con la intervención providencial de Eduardo López. Además, este caso nos pone de manifiesto lo difícil que lo tienen algunas mujeres para liberarse cuando, debido al miedo y las presiones, encubren a su verdugo.

Los maltratadores se han aprovechado, en numerosas ocasiones, del miedo de su víctima a denunciar (afortunadamente cada vez menor). No se ha denunciado por no disponer de independencia económica, por una inculcación social de corte machista o por los hijos en común. Incluso, los maltratadores, en el colmo del comportamiento más despreciable del ser humano, han tomado represalias en sus propios hijos con el ánimo de infligir el mayor dolor posible a su pareja.

Este año, la Concejalía de Mujer e Igualdad ha programado su participación en las emisoras de radio local, una marcha y el descubrimiento de un monumento en homenaje, el reconocimiento a la Guardia Civil por su labor y varias sesiones de concienciación en los centros educativos, entre otras actividades. Estas charlas educativas y sensibilizadoras deberían repetirse periódicamente y en todos los ámbitos posibles. Asimismo, recientemente, ha nacido un nuevo colectivo que lucha para eliminar esta lacra: La Ajuntaera Feminista Akelinza. Bienvenidas sean todas las iniciativas que persiguen el fin de la violencia de género.

Pero como mencionamos en el titular, la lucha contra esta lacra no debe reducirse a un único día. Y no nos referimos exclusivamente a nivel institucional (que son necesarias las actividades programadas para tal día) sino a nivel social. Todos debemos estar involucrados. Ser censores y denunciantes.

Porque nos hará avanzar en pos de una sociedad igualitaria; porque nos convertiremos en seres humanos propiamente dichos; porque son nuestras madres; porque son nuestras hermanas; porque son nuestras esposas. Y porque son las personas a las que amamos.

 

 

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