El paraje kárstico de Almadenes y Los Losares (parte I)

El experto en Historia de Cieza, José Olivares García, publica un interesante y didáctico artículo (la primera de dos partes) en el que dará a conocer las maravillas morfológicas de estos emblemáticos parajes ciezanos, que poseen una antiquísima historia y forman parte de nuestro patrimonio

José Olivares

El Cañón de los Almadenes se ubica entre los términos municipales de Calasparra y Cieza. El río Segura, al atravesar las estribaciones de la Sierra del Molino (825,183 m) y la Palera (656,704  m), de altitud sobre el nivel medio del mar. Aprovecha numerosas líneas de fractura, fallas y procesos de disolución de rocas carbonatadas, para crear un formidable cañón de unos 4 kilómetros de longitud y de paredes casi verticales de más de 120 metros de profundidad en algunos puntos. Los materiales mejor representados son las calizas y dolomías además del sistema kárstico  de los Losares.

El Karst Almadenes-Losares, es actualmente una de las principales zonas y de mayor concentración de fenómenos kársticos estudiados en la Región de Murcia. Motivado por estas circunstancias, a continuación haremos una breve descripción de algunas de las maravillas espeleológicas y geológicas  que alberga este extraordinario paraje ciezano.

Cañón de los Almadenes

El estudio de la zona nos indica una serie de acontecimientos complejos, que sin duda alguna determina la gran abundancia de fenómenos endomorfológicos como: cuevas, simas, surgencias y exomorfológicos como: abrigos rocosos, dolinas, lapiaz, bad-land, torrentes y cañones. Esta morfología existente, unido a la rica fauna y flora, han contribuido a que el hombre haya habitado estos parajes desde tiempos prehistóricos, dándole un valor añadido a este lugar que en posteriores artículos trataremos con más profundidad.

La morfología Kárstica de Almadenes-Losares está condicionada por una serie de factores, entre ellos destacaremos los siguientes: Hidrológicos (en especial el tipo de recarga), Geológicos (litología y estructura) y Climáticos (precipitaciones y temperaturas). Además es notable la ausencia de una cobertera edáfica (suelo), uniéndose a éstos la disolución de los carbonatos y los procesos “hipogénicos”, todos ellos condicionan su desarrollo. En primer lugar, describiremos  las formaciones de superficie o exomorfológicas:

Red de barrancos o ramblas: su trazado es de tipo dendrítico o ramificado, originado por la disposición de los bloques calizos, de este modo sus direcciones más frecuentes son: SO-NE, S-N y SE-NO. Desde la casa de Juan Pérez, también conocido como  “Almacén de Canalón” se puede observar la red de barrancos de la Sierra de la Palera y Los Losares.

Bad-Land (cárcavas): estas formaciones se encuentran principalmente entre la Sierra de la Palera y Almorchón, se desarrollan sobre margas yesíferas. Tiene su fisionomía  debida a cuestiones climáticas (lluvias escasas y torrenciales), sin omitir las circunstancias de la red hidrográfica que al quedar colgada sobre el cañón del Segura, ha hundido su cauce a más de 120 metros en los tramos de mayor profundidad de su recorrido. Esta gran profundidad del nivel de base obliga a los torrentes a tener activa una violenta erosión lineal en todo su recorrido.

El Lapiaz: es una formación Kárstica en cuyo origen interviene la disolución de la masa caliza y el grado de fisuración de la roca, claro está que la proporción variable de carbonato cálcico (soluble) y carbonato magnésico (insoluble), condicionará la rapidez de la disolución. Por otra parte, la acidez del agua kárstica y el efecto de los ácidos húmicos del suelo provocan las reacciones químicas y dan lugar a estas formaciones. En los Losares, el lapiaz se presenta en dos tipos de microformas: las cinceladuras y las perforaciones cilindroideas. Las primeras son pequeñas acanaladuras con formas caprichosas, y situadas en pendientes que aprovecha el agua que discurre hacia los barrancos o a los puntos de absorción. Aquí se combina la acción mecánica y la química que a la vez erosiona y corroe.

El segundo tipo de formas de denominan perforaciones cilindroideas, estos orificios son unos pequeños pozos cilíndricos abiertos en la roca, cuyos diámetros y profundidad alcanzan hasta cincuenta centímetros, situados en elevaciones existentes entre dos corrientes (o escurrimiento de agua). Su génesis corresponde a un proceso erosivo.

Dolina: este vocablo es de origen eslavo (depresión, valle), designa una depresión circular u oval de bordes por lo general, empinados y cuyo fondo suele estar relleno de tierra, proliferando sobre ella un manto vegetal, incluso arbóreo. Se trata de una de las formas más características del paisaje kárstico, y seguramente diagnostica los procesos de disolución. Son menos aparentes que el lapiaz, instalándose en la intersección de las fracturas y son generalmente asimétricas. Pueden evolucionar a simas por hundimiento o actuar como sumidero en el cauce de una rambla como la gran dolina situada al Norte de la casa de Juan Pérez, por  donde discurre el Barranco de la Tabaquera hacia el cañón de los Almadenes, próxima al complejo del Arco y la Sima Promoción, es el  ejemplo más destacados de dolinas documentadas  en los  Losares-Almadenes.

Abrigos rocosos: situados generalmente en las paredes de barrancos y en el Cañón de los Almadenes. Su génesis está unida a la estratificación de los bloques calizos y por supuesto a factores climáticos. Buena parte de los abrigos rocosos conservan en su interior restos materiales arqueológicos y pinturas rupestres de fama internacional. Declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Morfología interior (Endocárstica): las cavidades estudiadas en este trabajo, se abren en cotas de nivel entre los 360 a los 270 metros. La cota se aumenta en el caso de las cavidades del Almorchón acercándose a los 400 metros, siendo éstas de menor recorrido que las de los Losares. Dentro del Karst se manifiestan una serie de morfologías, tanto de galerías como de salas y pozos.

Simas: éstas se instalan en elementos bien definidos, verticales y dependiendo del caso, suelen ser cilíndricas o asimétricas, siendo su génesis en algunas fases  epifreática, corrosión, hundimiento e hipogénica.  Como se puede observar al pie de la vertical, suelen estar los bloques caídos  a no ser que hayan sido arrastrados por corrientes de agua.

Cavernas: sus entradas no son verticales como el caso de las simas, sino subverticales. Su génesis puede ser por corrosión, erosión, epifreática o hipogénica, siendo los materiales clásticos próximos a las bocas de entrada de origen alóctono. Se tratan de perforaciones evolucionadas cuyas dimensiones y pendiente permiten en la mayoría de los casos el acceso a la red de cavidades con relativa facilidad.  En la boca de acceso es frecuente la instalación de colonias de  «opiliones» y son observables ejemplares de otras especies como; reptiles y quirópteros. La flora también aprovecha las circunstancias especiales de humedad y temperatura de las bocas de las simas y las cavernas para crecer con exuberancia. Sin omitir la presencia humana que esta reflejada en los restos de materiales arqueológicos y arte parietal, siendo los Almadenes el único  paraje de la región con pinturas rupestres Paleolíticas.

 

CONTINUARÁ LA SEMANA QUE VIENE…

 

 

 

 

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