La Sierpe y el Laúd lamenta «profundamente» el fallecimiento de Jesús A. Salmerón, uno de sus fundadores

   Imagen de Cieza.es

El propio colectivo literario ha dado a conocer su dolor y pesar mediante un mensaje de despedida por el fallecimiento el pasado 28 de octubre de Jesús A. Salmerón. También ha transmitido sus condolencias a toda su familia y entorno cercano

Crónicas de Siyâsa/Cieza.es

El Grupo de Literatura La Sierpe y el Laúd ha hecho público su pésame y su dolor por la pérdida de Jesús Alejandro Salmerón Giménez (Cieza, 1959), que fue uno de los miembros fundadores de este colectivo en 1980 y que «deja entre sus compañeros, amigos y familiares, un hueco imposible de rellenar».

En palabras de este colectivo literario, «Jesús fue una de esas personas imposible de olvidar porque su sentido de la amistad y sus capacidades humanas y literarias, fueron siempre su distinción. Hombre que encontró en la literatura el sentido humano de la propia existencia, su hilo de unión con la vida y con el sentido mismo de la vida».

Según el texto, «fue en su juventud uno de esos jóvenes que salieron a la calle para conjurar el miedo con la palabra, promoviendo la mítica revista ‘El Caimán’ (1976/78), para después fundar junto a otros ciezanos La Sierpe y el Laúd».

«Su calidad literaria -continúa la nota- ha quedado manifiesta en multitud de textos, poemas y relatos, que han sido publicados en diferentes medios, aunque él siempre expresara que era más lector que escritor. Un hombre de la cultura y del compromiso de ésta con la sociedad. Un hombre que, a pesar de no vivir en nuestra ciudad desde hacía mucho tiempo, amaba a Cieza con pasión, siendo su pueblo un constante objeto y sujeto de sus textos. Un hombre bueno en el sentido machadiano del término, que nos ha dejado muy temprano, y que junto a otros ‘sierperos’ que ya lo han hecho -dejándonos cada vez más huérfanos-, Aurelio Guirao y Manuel Dato, forma ya parte de la historia literaria y cultural de esta ciudad pero, sobre todo, forma ya parte indisoluble del corazón de las muchas personas que lo quisimos y respetamos».

«Su ausencia entre sus compañeros, antiguos y nuevos, de este grupo de literatura, es una dolorosa realidad que trataremos de paliar con su recuerdo, sus textos y sus enseñanzas. Descanse en paz», concluye el texto.

 

 

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