La Sierra del Puerto y de la Cabeza del Asno

   Imagen de José Olivares

El experto en Historia de Cieza, José Olivares, relata en el presente artículo la geología, flora y fauna de este emblemático paraje ciezano. Además, cuenta la historia de dos «maquis» que guerrearon por la zona al finalizar la Guerra Civil Española y su encuentro final con la Guardia Civil

José Olivares

Se encuentra entre los términos municipales de Calasparra y Cieza. Puerta natural de la actual Región de Murcia por el norte hacia la Comunidad Autónoma de  Castilla-La Mancha. Posee una extensión de 18 km de longitud entre el extremo más occidental, que se denomina Cerro de las Rotas (Calasparra) y el borde más orienta llamado Cabezo del Asno (Cieza). Con  una altitud sobre el nivel medio del mar de 765,20 m.  En su Vértice Geodésico pertenecen a las Zonas Externas de las Cordilleras Béticas, más concretamente al Prebético Externo. Los materiales predominantes son: dolomías, calizas, arenas, areniscas, conglomerados  y margas. Es posible observar en su piedemonte un magnifico  Glacis de derrame o de acumulación (superficie de erosión de pendiente suave situada al pie de zonas montañosas en regiones semiáridas) con interés geomorfológico.

El interés hidrogeológico de este paraje ciezano, también  es notable, ya que en su subsuelo se encuentra parte de él  «El sistema hidrogeológico del sinclinal de Calasparra”. Que se extiende desde esta población hasta próximo a Jumilla, con 330 km2 de extensión del sistema acuífero,

Como curiosidad mineralógica, hemos observado que en la falda norte de la Sierra de la Cabeza, existen unas antiguas explotaciones de Hierro, que se explotaron  hasta los años veinte del siglo pasado. Son pequeñas galerías excavadas y que junto a ellas se apilan escombreras con Siderita, Gohetita, limonitas. Además de pequeños depósitos  de  diatomita o tierra de diatomeas en la  rambla del Agua Amarga y el Puerto de la Mala Mujer.

El territorio que nos ocupa se encuentra, desde el punto de vista biogeográfico, entre las provincias Castellano-Maestrazgo-Manchega y Murciano-Almeriense. A continuación exponemos los árboles, arbustos y plantas  más representativas del paisaje vegetal de la zona  en cuestión. Empezando por el pino carrasco (Pinus halepensis Mill), que  forman amplias masas forestales, a menudo aclaradas y con un sotobosque integrado por arbustos, como enebro (Juniperus oxycedrus)), lentisco (Pistacia lentiscos) o espino negro (Rhamnus lycioides). En laderas secas y soleadas, el pinar aparece más abierto, alternándose y asociándose a matorrales entre los que destacamos los espartizales  que están muy bien representadas en este el territorio,  el esparto (Stipa tenacissima), como componente mayoritario. Se encuentran en las zonas bajas, donde fueron ampliamente cultivados y extendidos a partir de poblaciones naturales.

En sectores de poco suelo o excesivamente pastoreadas, los matorrales son sustituidos por matorrales abierto de pequeña talla. Destacan los tomillares  de (Thymus antoninae Rouy) , un endemismo exclusivo murciano-septentrional y  la Albaida rosa,  Anthyllis lagascana Benedí, arbusto perteneciente a la familia Leguminosae , que en la de la Península Ibérica,  se encuentra exclusivamente en las provincias de Alicante, Albacete, Valencia y Murcia . Ambas especies están catalogadas  de interés especial, Decreto nº 50/2003, de 30 de mayo por el que se crea el Catálogo Regional de Flora Silvestre Protegida de la Región de Murcia.

En las  zonas rocosas podemos encontrar, las plantas de ambientes rupícolas que crecen de modo discontinuo en fisuras, rugosidades, concavidades y grietas. En  la sierra de la Cabeza  hay una gran diversidad de comunidades que son ricas en endemismos exclusivos del sudeste de España y de zonas béticas. Entre las especies más interesantes se encuentran Hypericum ericoides, Sarcocapnos enneaphylla, Centaurea saxicola, Lafuentea rotundifolia, Lapiedra martinezii y diversas especies de Teucrium. En pequeños rellanos terrosos de umbría  aparecen helechos como Cheilanthes acrosticha y Cosentinia vellea.

La presencia de diferentes ecosistemas en nuestro territorio permite la aparición de una rica diversidad faunística, muchas de las cuales están incluidas en distintas categorías de amenaza según la Ley 7/95, de 21 de abril, de la fauna silvestre, caza y pesca fluvial. En esta sierra, entre los grandes mamíferos se pueden observar, de forma ocasional, la cabra montés (Capra pyrenaica hispanica) y el jabalí (Sus scrofa). Destacan, también, dos de las especies cinegéticas más importantes como el conejo (Oryctolagus cuniculus) y la liebre común (Lepus granatensis). Otros mamíferos interesantes son el gato montés (Felis  sylvestre), el tejón (Meles meles), el lirón careto (Eliomys quercinus), el zorro común (Vulpes culpes), la garduña (Martes foina), la ardilla (Sciurus vulgaris), el ratón de campo (Sylvaemus sylvaticus).

En cuanto a las  aves, que podemos ver, citaremos a  una de las especies más características de los pinares es el piquituerto (Loxia curvirostra), un pájaro fácil de identificar por tener las mandíbulas del pico cruzadas y por alimentarse de piñones y la perdiz roja (Alectoris rufa). Además, todas las especies de rapaces diurnas presentes en la zona utilizan el monte bajo como cazadero. Algunas encuentran aquí su área de nidificación, como, el águila real (Aquila chrysaetos el gavilán (Accipiter nisus), el cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) Otras especies que podemos observar en los roquedos son: chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax), grajilla (Corvus monedula),

En las zonas de matorrales densos se refugian algunos reptiles como El lagarto ocelado (Timon lepidus), la lagartija colilarga (Psammodromus algirus), la culebra de escalera (Elaphe scalaris). En los matorrales bajos, soleados y de ambientes rocosos, se encuentra la víbora hocicuda (Vipera latasti), de unos 70 cm y mordedura peligrosa. Las cuevas, agujeros rocosos y cortijos abandonados están habitados por numerosos murciélagos (Rhinolophus ferrumequinum, R. mehelyi, Myotis myotis).

Gracias  a su intrincada  orografía de la a Sierra del Puerto y de la Cabeza del Asno, al finalizar la Guerra Civil Española,  fue campo de actuación de dos maquis, (la palabra proviene del vocablo francés maquis, que viene a su vez del corso y del italiano macchia, que equivale a paisaje de arbustos, matorrales, El Régimen Franquista los denominaba, «huidos», calificando como tales a aquellos resistentes armados que abandonaban sus localidades de residencia, ocultándose en campos y sierras sustrayéndose a la acción represiva y a la Justicia). Estas personas, de diversas ideologías políticas, tenían el denominador común de su vinculación con la vencida causa Republicana y el inmediato objetivo de sobrevivir a la derrota. Esta partida guerrillera la formaba: Andrés Lara Duro (a) «Larita» y Cándido Jiménez Herreros (a) «Timoteo», (de profesión jornaleros) naturales de Agramón (Hellín)

Andrés Lara Duro comienza su actividad guerrillera, con 26 años,  finalizada la guerra siendo en 1.940 detenido e internado en un campo de concentración de trabajo en Madrid. Evadiéndose del mismo, contactó y actuó con grupos de guerrilleros de la provincia de Valencia. Tras abandonar estas partidas, se estableció en la zona de Hellín, Cieza y Jumilla en compañía de Cándido Jiménez Herreros.  Sus actuaciones se combinaba,  entre el aprovisionamiento de víveres y armas que facilitaban su supervivencia, y actividades guerrilleras. Andrés Lara era un gran conocedor de la zona, astuto y ágil, lo que le permitió, con el apoyo de amistades de la comarca, eludir la persecución de que era objeto por parte de la Guardia Civil como la que tuvo lugar en el paraje de la Rambla del Agua Amarga (Cieza), donde las fuerzas del régimen no pudieron arrestar a estos guerrilleros, que desaparecieron en la oscuridad de la noche tras un fuerte tiroteo.

La benemérita concibió una estratagema consistente en contactar con él, a través de una persona que por sus antecedentes políticos fuera de su confianza. Debería enviarle la propuesta de la creación en la comarca de Agramón de un comité de resistencia encargado de apoyar y controlar la acción guerrillera de aquella comarca. Tras  el oportuno contacto, aceptaron la propuesta de unirse a la supuesta guerrilla que la organización política le enviaría. Fijando día, hora y lugar de encuentro. Realizado el mismo el día 2 de Febrero de 1.950 en el paraje Pocico del Pelícano en el límite provincial de Albacete y Murcia,  cerca de las Minas de la Celia,  en el término municipal de Jumilla. A la cita se personó una contrapartida de la Guardia Civil, convenientemente caracterizado de guerrilleros, compuesta por un sargento y seis guardias. Al levantar la partida sospechas en los «huidos» se produjo un enfrentamiento en el que resultaron muertos ambos maquis.

 

 

 

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