La formación conservadora asegura que los populares han debido «copiarles el discurso para sobrevivir»
Crónicas de Siyâsa/VOX Cieza
Vox Cieza quiere agradecer a Pablo Casado, nuevo Presidente del Partido Popular, que haya adoptado, al menos en apariencia, los principios de Vox para tratar de sacar a flote a su partido. Principios como la unidad de España, los valores, la defensa de la familia y la vida, la defensa de la propiedad privada, la economía de libre mercado, la bajada de impuestos, la eliminación de las autonomías y duplicidades, la eliminación de subvenciones a partidos políticos, a sindicatos, etc.
El PP ha tenido que recurrir in extremis, para tratar de evitar su defunción, a las ideas que Vox defiende sin complejo alguno. Esto demuestra que esos valores son importantes, que son cohesión y futuro; que hay una gran parte de la sociedad que los abraza y aplaude, que la familia es el núcleo de la sociedad, que la vida está por encima de todo y que el individualismo y las ideas neomarxistas solo llevan a la decadencia. Pero, sin embargo, han hecho algo que siempre han criticado, que no es otra cosa que unir candidaturas perdedoras para acabar con Soraya, la más apoyada (en los últimos tiempos quieren que gobierne el más votado). Esto, de por sí, ya empieza a manifestar que el PP es una gran contradicción, como siempre ha sido; un partido que pretende renovarse únicamente cuando peligra o cuando busca, como siempre ha hecho, el rédito electoral. Mientras todo fue bien, todo era traición (a las víctimas del terrorismo, a la familia, a la verdadera historia…), complejo de inferioridad y mimetismo. Cuando las cosas van mal, solo queda ir a buscar lo perdido, como han tenido que hacer. A pesar de ello, aplaudimos la decisión de este posicionamiento, pues es más importante que la supervivencia de un partido o el asiento del político de turno, aunque dudamos que mantengan su discurso en el tiempo, como sí hace Vox: decir siempre lo mismo y en todas partes.
Como quiera que el Partido Popular está formado por dos grandes grupos, el conservador y el mal llamado progresista, hay que esperar para ver cómo reaccionan los segundos y si son capaces de asumir las ideas que, en teoría, va a defender el nuevo Presidente. Si las asumen, habrá sido una gran victoria para el PP y, sobre todo, para España. En caso de que no sea así, la estrategia de Casado (y su compañero Teodoro) solo habrá servido para mantener el partido brillando en lo alto mientras se gasta la pólvora, hasta que todo vuelva a decaer, hasta que empiecen a emigrar a otros partidos aquellos que no comulgan con los valores de este “nuevo” PP que ha tenido que copiar a Vox para sobrevivir.
